Refactorización del Código
Resumen sobre la Refactorización de Código
La refactorización de código es un proceso esencial para cualquier programador, pero debe abordarse con cuidado para evitar problemas adicionales. Aquí algunos puntos clave a considerar:
Evaluar el código y las pruebas existentes: Antes de refactorizar, realiza un balance del código actual y de las pruebas ya existentes. Esto te permitirá identificar fortalezas y debilidades del sistema actual y asegurarte de que no pierdas funcionalidades probadas, mientras evitas errores ya resueltos.
Evita reescribir todo el código: Aunque el código antiguo pueda parecer desordenado o imperfecto, es importante no desecharlo completamente. Si ya ha sido probado y revisado, cualquier nuevo código podría reintroducir errores previamente solucionados. La reutilización del código existente puede ahorrar mucho tiempo y evitar perder el conocimiento que está incorporado en él.
Realiza cambios incrementales: En lugar de realizar una refactorización masiva, es preferible realizar cambios pequeños y graduales. Esto permite monitorear el impacto de cada cambio de forma más controlada, especialmente a través de las pruebas, evitando frustraciones y malas decisiones derivadas de grandes fallos.
Mantén las pruebas existentes y añade nuevas: Después de cada iteración, asegúrate de que las pruebas existentes sigan pasando y agrega nuevas pruebas si es necesario para cubrir los cambios realizados. Las pruebas del código anterior no deben descartarse sin un análisis adecuado, ya que podrían haber sido agregadas para cubrir fallos o casos específicos.
Evita decisiones basadas en preferencias personales o ego: La refactorización no debe basarse en preferencias personales de estilo o estructura de código. Si algo funciona correctamente, no hay necesidad de cambiarlo simplemente porque "podrías hacerlo mejor". El ego no debe influir en las decisiones de reestructuración.
No refactorices solo porque ha salido tecnología nueva: No refactorices solo porque existen tecnologías más recientes o "mejores". A menos que un análisis de costo-beneficio demuestre que el cambio aportará una mejora significativa en funcionalidad o mantenimiento, lo mejor es no tocar lo que ya está funcionando.
La refactorización no siempre es mejor: Los humanos cometen errores, y reestructurar el código no garantiza que el resultado será mejor que el original. A veces, la reestructuración puede ser contraproducente si no se lleva a cabo con el debido cuidado y consideración.
Conclusión
La refactorización de código es una tarea delicada que debe realizarse con precaución. Es importante aprender del código existente, hacer cambios graduales, y siempre respaldar las decisiones con pruebas y análisis adecuados. La refactorización no debe ser impulsada por el ego o por la simple atracción hacia nuevas tecnologías, sino por una mejora real en la funcionalidad, el mantenimiento o la productividad del sistema.
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